Adios HidroAysén, Bienvenida Ciudadanía

Inicio / Opinión / Adios HidroAysén, Bienvenida Ciudadanía
Adios HidroAysén, Bienvenida Ciudadanía

Sara Columnas

El 10 de junio y después de tres años de la aprobación ambiental de las 5 centrales del proyecto Hidroaysén, el Comité de Ministros invalidó la Resolución de Calificación Ambiental, en consideración a un ciento de reclamaciones que interpusieron 34 instituciones nacionales y regionales.

Las principales causales para dicha invalidación fue la ausencia de información sobre hidrología y fauna, lo cual impedía evaluar adecuadamente los impactos del proyecto; así como la falta de un plan de relocalización y compensaciones a la población afectada.
Especialmente grave es el hecho de que las hidroeléctricas se diseñaron sin contemplar el vaciamiento de lagos glaciares como el Cachet (que incrementa los caudales del río Baker en 3.500 m3 adicionales en horas) lo que resta seriedad técnica al proyecto. Estas, entre otras materias reclamadas, dejaron en evidencia que la evaluación sobre la viabilidad socio ambiental de Hidroaysén fue imprudencial y que el proceso estuvo viciado.

Los vicios administrativos pueden verificarse desde agosto de 2008, cuando Hidroaysén ingresó su Estudio de Impacto Ambiental (EIA) a la Comisión Regional del Medio Ambiente de Aysén, donde 32 de los 36 servicios públicos encargados de evaluar el EIA, manifestaron su disconformidad con varios aspectos de la iniciativa. A pesar de ello y por razones desconocidas la autoridad ambiental de la época acogió a tramitación el proyecto.

Luego de 3.000 observaciones de la ciudadanía al EIA y la negativa de la DGA ante la solicitud de nuevos derechos de agua, el Servicio de Evaluación Ambiental de la región de Aysén aprueba el proyecto en 2011 y comienza la larga judicialización.
Tras toda esta historia la reciente resolución del Comité de ministros viene a poner fin a los vicios en el Sistema de Evaluación Ambiental; pero al mismo tiempo responde a las demandas regionales y abre la posibilidad de que todos los chilenos podamos participar en las decisiones sobre el desarrollo energético que queremos, con ordenamiento territorial y participación ciudadana vinculante.

 Columna de Sara Larraín publicada en La Estrategia