HYDROCHILE, amenaza al corredor biológico Nevados de Chillán y al río Diguillín

Inicio / Mapa de Conflictos / HYDROCHILE, amenaza al corredor biológico Nevados de Chillán y al río Diguillín

Rosa María Lama, Organización Ciudadana para la Protección de la Cordillera de Ñuble.

Antonio Beldar, Agrupación Ciudadana Pro-Defensa del Corredor Biológico Nevados de Chillán.

El 25 de abril del 2009 la empresa Hydrochile S.A, cuyo representante legal es Gonzalo Troncoso Valle, ingresó al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), el Proyecto Central Hidroeléctrica Aguas Calientes. Su objetivo es la construcción y operación de dos centrales de pasada, en serie, con dos reservorios de acumulación para el aprovechamiento de las aguas del río Diguillín. Estas centrales tendrán una potencia de 24 Megawatts y la electricidad generada se entregaría al Sistema Interconectado Central.

El conflicto que enfrenta a la empresa con la comunidad local, se centra en el emplazamiento del proyecto, en el nacimiento del Río Diguillín en el Valle de Aguas Calientes y hasta la entrada de la Reserva Nacional Ñuble; un territorio reconocido a nivel nacional e internacional por su alto valor ambiental.

La incorrecta definición del área de influencia del proyecto y la presentación de una Línea de Base que no da cuenta de las características físicas y ecológicas en que éste será desarrollado, no permiten identificar, ni evaluar adecuadamente los impactos de este proyecto hidroeléctrico en la cuenca del Rió Diguillín.

Entre los impactos que por su naturaleza y magnitud son imposibles de ignorar y que no fueron evaluados adecuadamente en el Estudio de Impacto Ambiental; y respecto de los cuales la empresa Hydrochile S.A.no propone medidas para prevenirlos o mitigarlos están:

1. La existencia de antecedentes insuficientes sobre la hidrología de la cuenca del río Diguillín; sumado a la deficiente Línea de Base sobre la flora y fauna íctica, no permiten evaluar los impactos que el proyecto provoca en el Río Diguillín. La deficiente línea de base hidrológica y de fauna acuática, no permite identificar ni evaluar el caudal ecológico requerido para la diversidad biológica presente en el área de influencia del proyecto; la pérdida eventual de diversidad genética de especies nativas de peces afectados por la disminución del caudal; ni los cambios e impactos de la reducción y desviación del caudal de los ríos intervenidos sobre la biota acuática, por pérdida de hábitat.

2. No evalúa actividades que son inherentes al proyecto, como son: el trazado de las líneas de alta tensión, o el área afectada por la construcción y utilización de caminos, ninguno de los cuales existiría si no fuera por la realización de este proyecto.

3. No define impactos, ni propuestas de mitigación para los impactos de las tronaduras con dinamita en esta área de alta fragilidad ambiental.

En síntesis, el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) presentado por la empresa Hydrochile, se elaboró en base a estimaciones, a datos copiados de otros estudios, no homologables con la situación y características del área afectada; y con “campañas de terreno” de 4 días, que no consideraron ni la estacionalidad, ni las características biogeográficas del área. Por todo lo anterior, éste debió ser rechazado.

La máxima expresión de la línea de base fraudulenta presentada por la empresa, es la referencia a la Reserva Nacional Los Flamencos, como área protegida supuestamente “distante 27 Km. en línea recta del área del proyecto»; cuando en los hechos dicha reserva se encuentra en la Región de Antofagasta, a mas de 2.000 kilómetros del Rió Diguillín. También con respecto al análisis de visibilidad, el estudio de Hydrochile describe «dos rutas de acceso cercanas al proyecto: la ruta Baquedano-Tilopozo y la ruta Toconao- Peine»; y hace referencias a «la cordillera de Domeyko y el Salar de Atacama»1, lo que no corresponde ni al área de influencia, ni a la Región del Bío Bío donde se pretende desarrollar las centrales hidroeléctricas.

Además de las graves deficiencias del EIA, el proyecto centrales hidroeléctricas Aguas Calientes de Hydrochile, presenta una evidente incompatibilidad con el turismo de intereses especiales, en base a la naturaleza y belleza escénica de la cuenca, que se ha desarrollado intensamente en la zona durante los últimos años. De aprobarse la construcción del proyecto, la actividad turística sufriría un golpe letal, pues destruiría el valor del lugar como un área prístina.

A consecuencia de ello, se verían afectados en su patrimonio más de 150 microempresarios que han surgido en los últimos años en base a servicios turísticos, y que han logrado generar más de 2.000 puestos de trabajo directo e indirecto en la zona. Empresarios turísticos, comerciantes, arrieros, y artesanos de distintos sectores, quienes apoyados por CORFO, INDAP, FOSIS, SERCOTEC y FIA, entre otros, han realizado inversiones y desarrollado estilos de vida que les permiten vivir en base al uso sustentable de ese territorio privilegiado por la naturaleza. Si los valores naturales y paisajísticos del área fueran degradados por las centrales, tendidos eléctricos y caminos de la empresa Hydrochile, se afectaría gravemente las bases de subsistencia, y las condiciones de seguridad y bienestar de la comunidad local.

La comunidad ha manifestado su oposición al proyecto en todas las reuniones de Participación Ciudadana, organizadas por la empresa en el contexto del SEIA. De ser aprobada ambientalmente su realización en las actuales condiciones, sería a costa de la vulneración de los derechos económicos, sociales y ambientales de los habitantes de este territorio; por cuanto se afecta directamente su hábitat, sus recursos naturales y su patrimonio al alterar sustancialmente el valor turístico de la zona.

El proyecto hidroeléctrico Aguas Calientes de Hydrochile no considera los siguientes impactos sobre el medioambiente:

1. Tráfico de Maquinaria Pesada: no contempla medidas de mitigación, ni estudios sobre la dinámica actual de las vías por donde pretenden transitar, en las cuales se ubican los servicios públicos, las escuelas y comercio de la comunidad local. Estas vías tienen una estructura precaria, sin veredas, por lo cual niños, personas de tercera edad, arrieros a caballo, ciclistas y turistas transitan por la calzada principal. Por experiencias anteriores se sabe que obras de esta magnitud significan un riesgo para los pobladores locales, y deterioran la seguridad y convivencia de las zonas que intervienen debido a:

– Tránsito con explosivos y combustibles a pocos metros de las viviendas y escuelas, atravesando toda la comuna de Pinto.

– Deterioro de las vías principales y secundarias de la comuna.

– Aumento de la contaminación por polvo y material particulado.

– Corte de vegetación y árboles nativos centenarios, por el ensanche de caminos para las grandes maquinarias y colmatación de quebradas con rocas y material removido.

– Disminución de la actividad turística, por impacto de las faenas de caminos, explosivos y túneles, sobre todo en temporada estival, cuando el turismo genera la principal fuente de trabajo de la comunidad.

2. Deterioro del Bienestar Social: la comunidad tiene como principal espacio de esparcimiento y recreación la ribera del Río Diguillín, la cual se verá afectada de manera irreparable, por estar a escasos metros del camino donde transitarán los camiones y la maquinaria pesada de Hydrochile, provocando contaminación al aire, contaminación acústica, contaminación de residuos líquidos, como aceites, y combustibles en la vía. En este lugar históricamente, los vecinos han practicado distintas actividades que son parte de su identidad y tradiciones, como el asado de chivo, la práctica de pesca deportiva, carreras a la chilena, ciclismo y recreación en general, actividades sociales comunitarias que se verán fuertemente afectadas durante la construcción de la obra por el riesgo que ésta conlleva.

3. Intromisión Social: experiencias anteriores de la comunidad local, en ocasión de la construcción de un oleoducto y gasoducto que atravesó la zona, trajo consigo la llegada masiva de trabajadores foráneos lo que provocó un negativo impacto social, que significó el quiebre de hogares, la llegada de vicios y delincuencia, lo que afectó gravemente a las comunidades locales, que usualmente conviven en forma tranquila y segura. Como resultado de ello, la población local expresó una gran preocupación y rechazo ante la llegada de nuevos megaproyectos y sus trabajadores, generando una perturbación emocional a nivel colectivo. Este impacto psicosocial provocado por este tipo de proyectos, no ha sido completamente abordado por el EIA del proyecto Aguas Calientes, aunque implica un impacto significativo sobre los modos de vida y la dinámica psico- social de la comunidad local.

El conflicto por el proyecto Aguas Calientes confronta a los pobladores locales y visitantes de la comuna de Pinto, sectores: El Rosal, El Chacay, Recinto, Los Lleuques, Invernada, Atacalco y Las Trancas; quienes agrupados en la Junta de Vecinos de Los Lleuques; la Junta de Vecinos de Recinto; la Junta de Vecinos de Las Trancas; el Comité de Adelanto de Los Lleuques; y apoyados por agrupaciones provinciales que utilizan el área, como el Club de Andinismo de Chillán; la Agrupación Ciudadana Pro-Defensa del Corredor Biológico Nevados de Chillán-Laguna del Laja; el Consejo Ecológico de Chillán; la Organización Ciudadana para la Protección de la Cordillera Ñuble y sus Valles; y la Agrupación de Apicultores de Ñuble; en contra de la empresa Hydrochile. Esta empresa fue constituida en agosto de 2006, con el objeto de desarrollar y operar proyectos de generación hidroeléctrica en Chile. La compañía se propone desarrollar, en el mediano plazo, una serie de centrales hidroeléctricas con capacidad entre 10 y 50 Megawatts. Actualmente la empresa posee 3 proyectos en fase de desarrollo.

Relación con el marco jurídico vigente.

El mayor impacto de la construcción de 2 centrales hidroeléctricas en la cuenca del Rió Diguillín, en la comuna de Pinto, es la alteración de un lugar que es parte integral de los ecosistemas claves de la Cordillera de Chillán para la conservación de la biodiversidad.

– En primer lugar, el proyecto se ubica en un Área de Protección Cordillerana establecida por el Decreto Supremo Nº295 de 1974 y el Decreto Supremo Nº391 de 1978. Posteriormente a ello, la CONAMA oficializó tal condición de protección, estableciendo que el sector debe ser considerado como “área bajo protección oficial”, cuyo objetivo es proteger importantes cuencas hidrográficas; los últimos recursos de flora y fauna en condición de pristinidad de la Región del Bío Bío; la preservación de las bellezas escénicas de la zona; evitar la degradación de suelos del área; y proteger el huemul, especie en peligro de extinción.

– En base a dichos decretos, el año 2006 se suscribió en la ciudad de Chillán un Acuerdo Multisectorial para proteger el Corredor Biológico Nevados de Chillán-Laguna del Laja, en la Región del Bío Bío, con el compromiso expreso de la ciudadanía, el sector privado, los académicos y el gobierno de proteger el área. La autoridad ambiental ha propuesto a este Corredor Biológico como Reserva de la Biósfera, con el objeto de generar un modelo de gestión para la conservación y desarrollo integrado del territorio, para conciliar la conservación de la diversidad biológica, la búsqueda de un desarrollo económico y social sustentable, y el mantenimiento de los valores culturales asociados existentes en el área.

– La zona Nevados de Chillan-Laguna del Laja forma parte de la Eco-región de Chile Central, reconocida a nivel mundial como una de las regiones con mayor biodiversidad del planeta, (Hotspot de Biodiversidad). Integra dos ecosistemas en peligro a nivel mundial: el Matorral Mediterráneo de Chile Central, considerado como una de las áreas ecológicamente más vulnerables del mundo, con sólo un 3% de su superficie bajo protección; y el Bosque Lluvioso Valdiviano, considerados ambos en el Global 200 Cites.

– Simultáneamente, a nivel de diversidad de fauna, la organización Birdlife International identificó los ecosistemas de esta zona como Áreas de Alto Endemismo de Aves5; y CONAF creó, hace 30 años, la Reserva Nacional Ñuble, con el objeto de proteger los recursos hídricos y al huemul en peligro de extinción. Posteriormente , el año 2002, CONAMA declaró esta zona como “Sitio Prioritario para la Conservación de la Biodiversidad en Chile“. Luego, el año 2008, se inauguró el Sendero del Huemul, en el marco del Día Mundial de la Tierra.

– Actualmente en la Reserva Nacional Ñuble, se desarrolla el Centro de Reproducción de Huemules, proyecto aprobado por el Consejo Regional en el año 2009; y cuya tarea es revertir la declinación poblacional del huemul en la zona de Nevados de Chillán-Laguna del Laja. Este proyecto es ejecutado por un equipo multidisciplinario de CONAF, SAG, CONAMA, CODEFF y el Zoológico del Parque Metropolitano de Santiago.

– Finalmente, el área que se pretende intervenir con el proyecto hidroeléctrico Aguas Calientes, tiene la categoría de Zona de Interés Turístico, estatus otorgado por el Servicio Nacional de Turismo, como una forma de preservar los atractivos turísticos de ese territorio, y hacer sostenible la actividad turística de acuerdo a sus atractivos más relevantes.

En conclusión, toda esta normativa existente, que ampara la protección del área, implica que existe un reconocimiento gubernamental sobre los importantes valores ambientales de la zona. Dado lo anterior, la aprobación del proyecto de 2 centrales hidroeléctricas por parte del gobierno constituiría un acto contradictorio con toda la priorización de usos establecida por el Estado durante los últimos 30 años. Significaría también la pérdida total del sentido y el valor de un área prioritaria de conservación del patrimonio ambiental, y de promoción del desarrollo sustentable. El Corredor Biológico se transformaría en una farsa pública, pues al mismo tiempo que se promociona la existencia de un área protegida, en la práctica se permite intervenir su valor ambiental, degradando su capacidad actual de proveer servicios ambientales, sociales, turísticos y culturales a la sociedad chilena.

Posición y acción del Estado.

Siendo ésta un área de alto valor ambiental en el planeta y siendo además un “Área Protegida” de acuerdo a la ley chilena, es deber del Estado y de la autoridad pública ejercer la protección oficial del territorio, con la finalidad de asegurar la diversidad biológica, tutelar la preservación de la naturaleza y conservar el patrimonio ambiental (Art. 2, letra a) D.S. 95/01, MINSEGPRES).

Con respecto al proyecto Aguas Calientes, durante su paso por el SEIA, la CONAF realizó varias observaciones y críticas. Entre ellas, alerta que si Hydrochile represa por entubamiento el río Diguillín por casi 4 kilómetros, dañaría el Santuario de la Naturaleza Los Huemules del Niblinto, y agrega que «la superficie de bosque nativo que será removido producto de la construcción del camino de acceso se encuentra absolutamente subestimada». Pero en su estudio Hydrochile S.A. no menciona que el proyecto se encuentra dentro del Área de Protección Cordillerana, ni que produce efectos ambientales adversos en las inmediaciones de la Reserva Nacional Ñuble, ambas áreas formalmente establecidas como territorios bajo protección oficial6.

Con respecto a la relocalización de la fauna, CONAF señala que la empresa debe aclarar a qué lugar serán trasladados los ejemplares de fauna, e informar sobre la duración del seguimiento de éstos luego de su relocalización. Sobre las medidas referidas al pájaro carpintero negro, estas son genéricas y «carecen de un compromiso real», ya que «se contempla realizar cambios de micro localización, y micro ruteo de instalaciones u obras, en caso de encontrar individuos de Nothofagus, que cumplan con las características de potencial hábitat para esta especie».

El Director Regional de CONAF, Rolando Rodríguez, a través de un oficio remitido a la COREMA, cuestiona que Hydrochile S.A. «no dimensiona los daños al turismo que se producirán por el tráfico vehicular en los caminos sin pavimentar, y durante la temporada estival; ya que estos caminos son transitados por personas principalmente a caballo, en vehículos menores o a pie, los cuales, son visitantes de la ribera del río Diguillín y la gran mayoría de la Reserva Nacional Ñuble, turistas que cada año aumentan con respecto al año anterior, en aproximadamente un 30%».

CONAF expresa que el camino de acceso al área donde se pretende desarrollar el proyecto «constituye por sí solo, un impacto ambiental considerable sobre la componente vegetacional, que está inadecuadamente cuantificado». Finalmente, esa institución pública desmiente a la empresa Hydrochile, al señalar que «en lo especifico y referido a la Corporación, se indica que se realizó una «presentación del proyecto» a nuestra Encargada del Proyecto Huemul, Ana Hinojosa, lo cual no es efectivo. Sólo se realizó una reunión, donde se informó sobre las características generales del proyecto, y se conversó acerca de su posible efecto sobre la población remanente de huemules existentes en el sector. En ningún caso se indicó que no se percibían problemas derivados de estos efectos».

El municipio de Pinto, y particularmente el alcalde de la comuna, ha manifestado públicamente su preocupación por el considerable impacto que el proyecto de Hydrochile S.A. podría causar sobre el turismo en temporada estival. Ello, debido al acceso de visitantes a la rivera del río Diguillín y a la Reserva Nacional Ñuble; que en la temporada 2008-2009 alcanzó 1.170 personas (CONAF, 2009). Hay que considerar además que los turistas que se interesan por visitar la Reserva Ñuble son en su mayoría de intereses especiales o extranjeros que buscan lugares prístinos y de alto valor ambiental, como el área donde se pretende instalar los proyectos hidroeléctricos.

La actual administración municipal valora el gran potencial turístico y ambiental de la zona, por lo cual sitúa al turismo como la principal actividad económica generadora de bienestar económico y social para la población comunal.

La comuna de Pinto ha sido identificada a nivel nacional e internacional como destino turístico de alta singularidad, por sus componentes ambientales y sociales. Además ha sido declarada comuna turística ( (Zona de Interés Turístico) desde hace más de 10 años, durante los cuales se han desarrollado micro emprendimientos, iniciativas e inversiones, que han permitido fortalecer el turismo en la zona.

Por tal razón, la autoridad municipal ha declarado, que el proyecto Central Hidroeléctrica Aguas Calientes no tiene coherencia con las expectativas de desarrollo real que tiene la comuna. En este sentido el proyecto representa una amenaza a lo ya logrado en cuanto a protección ambiental e inversiones públicas por la municipalidad, servicios e instituciones públicas y la ciudadanía. Por todo ello la autoridad expresa que debe estudiarse en profundidad la reubicación del proyecto.

Posición, acción de la comunidad en torno al conflicto.

La comunidad desde el inicio expresó su oposición a la construcción de 2 centrales de pasada en los territorios prístinos que dan nacimiento al río Diguillín. Se organizó en agrupaciones ambientales con personalidad jurídica, y ha trabajado intensamente en la defensa del patrimonio natural de la zona durante la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto. Participaron activamente en el proceso de Participación Ciudadana de dicho sistema de evaluación; generaron redes de apoyo con organizaciones locales y regionales a través de presentaciones audiovisuales, y crearon un Facebook del Movimiento NO a La Central Hidroeléctrica Aguas Calientes, con gran número de adherentes y manteniendo la información actualizada de las etapas que se han ido desarrollando en la campaña ciudadana de oposición al proyecto.

El resultado de esta movilización de la comunidad y las organizaciones locales, permitió la presentación de 850 observaciones ciudadanas al proyecto, durante el proceso de EIA, las cuales a la fecha no han sido respondidas por el titular del proyecto, quien ha solicitado ampliación de plazos en más de una oportunidad.

Rosa María Lama, integrante de la Organización Ciudadana para la Protección de la Cordillera Ñuble y sus Valles, ha señalado que “de ser aceptado este estudio por la COREMA en las condiciones actuales, se generarán impactos ambientales, sociales y culturales no previstos, ni deseados. Aceptar la evaluación, y aprobar este EIA sobre la base de los antecedentes entregados por Hydrochile, implica que la normativa ambiental vigente es ignorada; y la institucionalidad ambiental de este país retrocede y se degrada”.

Antonio Belmar, otro de los dirigentes de la campaña, e integrante de la Agrupación Ciudadana Pro-Defensa del Corredor Biológico Nevados de Chillán, destaca que: “Al hacer el titular como que cumple y la autoridad como que evalúa, el sistema se vicia, pierde credibilidad y compromete la gobernabilidad democrática en el tratamiento de los temas ambientales”.

Estas organizaciones también han trabajado codo a codo con las autoridades locales y diversos académicos y científicos conocedores del área. Entre ellos, el científico norteamericano Anthony Povilitis, quien ha realizado múltiples campañas en la zona cordillerana para sensibilizar a la población sobre la extinción de los huemules y que ahora explica la inconveniencia de que se concrete el proyecto energético.

Asimismo, las organizaciones de la comunidad participan y colaboran con el municipio en el esfuerzo para que la comuna sea un referente, no sólo a nivel nacional, sino también a nivel internacional, en lo que se refiere al desarrollo de un turismo sustentable. Por esto parece impensable la instalación de estos proyectos, que impactarán la flora y fauna, el paisaje, a la comunidad residente y la actividad económica centrada en el turismo. Destacan que el conflicto por el agua que se vive en los nacimientos del río Diguillin, en la comuna de Pinto, es estructuralmente un conflicto por el agua y por la utilización de la cuenca.

Las comunidad espera que la autoridad no acepte presiones sobre la instalación de proyectos energéticos basados fundamentalmente en un criterio económico de lucro empresarial, por sobre el desarrollo económico sustentable en base a criterios ambientales y sociales. Pues la generación de tan solo 25 Megawatts, no justifica el enorme daño ambiental que se provocará con este proyecto. Al respecto denuncian que hoy se detecta una falencia importante en la política energética, pues no se evalúa previamente la adecuada localización de proyectos para generar energía. Una muestra clara es este proyecto, por cuanto se pretende ubicarlo en un Área Protegida por las propias autoridades competentes a nivel nacional. Tampoco se ha considerado el reconocimiento internacional de la zona por su alto valor ambiental.

La comuna de Pinto ya ha contribuido suficientemente con las necesidades energéticas del país durante los últimos años. Aceptó albergar grandes proyectos energéticos, como el gaseoducto transandino y el oleoducto, los cuales ya produjeron impactos ambientales y sociales importantes. Además, actualmente se encuentra en ejecución una Prospección Geotérmica en los Nevados de Chillán, sobre la cual la comunidad y la autoridad local están en alerta, debido a los impactos provocados por actividades similares sobre los Geysers del Tatio.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.